miércoles, 12 de octubre de 2011

Oh soledad

¿Cuál es el sueño de cualquier joven actualmente? muy fácil: tener un trabajo y no vivir con sus padres. En estas semanas he tenido la oportunidad de conocer muchas historias de jovenes con los que comparto mi vida y con los que comparto ilusiones, y todas son dignas de mencionar.

Algunos de vosotros teneis trabajo, la mayoría con un sueldo que deja bastante de desear, pero se dice que mejor eso que nada o en el peor de los casos algún desaprensivo comenta "pues si tú no lo quieres hay 5 millones de parados que seguro que lo aceptan", lo que te hunde aún más la poca moral y ganas de trabajar que tenías. Dentro de lo que cabe, te da para vivir, pagar un alquiler o salir de vez en cuando a disfrutar de buena compañía de amigos que te ayudan a desconectar de esa rutina y poca alentadora realidad.

Hay otros muchos, entre lo que me encuentro, que aún vivimos con nuestros padres, no por decisión propia ni porque nosotros así lo queramos, sino porque es que lo toca en la realidad que vivimos, cuanto ante nos hagamos a la idea de que hasta los 35 nos tocará aún someternos a la tutela y techo de nuestros progenitores, mejor para nuestros anhelos porque sé cuan duro es querer algo y no conseguirlo, porque por mucho que pongas de tu parte, se escapa de tus manos.

Conozco un par de casos bastante similares aunque se encuentren a kilómetros de distancia: ambos tienen un trabajo y ambos viven de alquiler. Sueño cumplido, no? no dependen de sus padres ni de sus órdenes, pueden organizar su vida a cada momento como les plazca, disponen de dinero (relativamente) que les da libertad financiera, pero a todos y cada uno de ellos les falta algo, lo más importante y que apenas apreciamos: amigos. Claro que estos jovenes tienen amigos y muy buenos amigos con los que comparten todo y con los que han pasado muy buenos momentos y con los que tienen muy buenos recuerdos, pero están lejos. Hay muchas veces que intentamos suplir esa distancia llamando por teléfono, mandando correos, haciendo llamadas por skype, chateando e incluso en el mejor de los casos haciendo visitas esporádicas, pero siempre queda un pequeño reducto en nuestro corazón que os sigue echando de menos.

Yo os echo de menos a todos y cada uno de vosotros: a los que estais cerca y a los que estais lejos; a los que teneis trabajo y los que no, os apoyo en este duro trance porque he pasado por las dos situaciones y sobre todo a los que estais fuera de casa o aquellos que aún estais en casa, porque sé que todos tenemos anhelos y ganas de salir del nido o de volver de manera esporádica.

Esta entrada es para todos mis amigos:  los que están cerca y los que están lejos, a los que conozco desde hace tiempo y a los que acabo de conocer, porque todos teneis un sitio muy especial en mi corazón y cada día que pasa os echo un poquito de menos.